Coge el pincel y pinta tu vida
“Soy un artista del vivir; mi obra de arte es mi vida”
(Suzuki)
A veces, me gusta imaginarme la vida como un lienzo en blanco en el que cada uno de nosotros comenzamos a dibujar los primeros trazos, y como cualquier principiante, éstos van acompañados de sentimientos de miedoe incertidumbre.
Luego,
aparece la curiosidad y las ganas de probar, como cuando somos niños y
descubrimos todo un mundo a nuestro alrededor repleto de posibilidades… Y si nos dejamos llevar, comenzamos a perfilar lo que en un principio tan solo era un boceto, el boceto de nuestra vida.
Tenemos
el lienzo y los pinceles, las pinturas y las herramientas, para dar
forma y descubrir todo aquello que nos propongamos. Como aquel escultor
que junto a su cincel y martillo hacen de un bloque de piedra o arcilla
toda una obra maestra, nosotros tenemos en nuestras manos, mejor dicho en nuestra mente, el poder de ir diseñando nuestra vida.
Habrá
trazos más débiles y otros más fuertes, pinceladas más rectas y otras
más curvas, incluso texturas diferentes… pues así es la vida,
serpenteante, inesperada, rígida en ocasiones pero también flexible,
sensible y descarada… un constante intercambio de sensaciones y características opuestas que danzan, alternándose su protagonismo pero formando un conjunto sublime.
También habrá colores más cálidos y otros más fríos, son las emociones
y sus energías rebosantes, que a todos nos atrapan. Algunas veces con
más intensidad, otras con menos, pero ahí están para dotar de color a
nuestra vida, para hacérnosla sentir y recordarnos que estamos vivos…
Aunque
quizás haya veces que aquello que vamos creando no nos agrade demasiado
o que el lienzo que utilicemos tenga algunos desperfectos, las pinturas
se hayan secado o el pincel no se deslice como debería… la vida y sus
acontecimientos, la vida y sus circunstancias…
Y es que en ocasiones,
las cosas son como son, no como nosotros queremos que sean… y
aunque no podamos cambiar las circunstancias, sí que podemos elegir nuestra actitud, que es la última de las libertades humanas como decía
Viktor Frankl.
Es cierto, las circunstancias influyen y el contexto nos condiciona, pero siempre hay un pequeño espacio donde nosotros podemos elegir nuestra actitud ante la vida y cómo podemos afrontarla. Al igual que el pintor que pierde su inspiración y no desiste, porque sabe que en su actitud de esfuerzo y constancia, radica su grandeza.
Toda adversidad en mayor o menor medida nos enseña una lección o lleva implícito un aprendizaje que tendremos que dar forma o colorear, si queremos seguir completando la obra de nuestra vida.
Como aquella pincelada equivocada pero que nos reveló que podíamos dar
la luz o la sombra de otra manera o incluir en nuestro dibujo algo que
no habíamos imaginado y que otorgan a nuestra obra la característica de
distintiva.
El fracaso es necesario para la expansión de nuestra persona a todos los niveles,
por eso podemos recurrir a una nueva mezcla, utilizar otros colores o
herramientas, o incluso, cambiar la dirección de nuestros trazos. Cuando una puerta se cierra, otra se abre, recuerda.
En lugar de quejarnos y centrar nuestra atención en aquello que no nos salió, como cuando nos lamentamos de nuestro pasado, aceptémoslo como el maestro que es y la oportunidad que nos brinda.
Quizás
aprendamos que ciertos colores no deben mezclarse o que éstos no
combinan, como cuando creíamos que íbamos a estar acompañados por esa
persona toda la vida, y de repente, nos damos cuenta de que es
imposible…
Pero, ¡cuidado!… en ocasiones, puede que no estés pintando la obra de tu vida, sino la de otra persona y esto conlleva un gran peligro…
Te aconsejarán, te recomendarán, te sugerirán… y es maravilloso, porque
compartir y aprender de los demás es necesario y satisfactorio, pero
que no te impongan ni te exijan…
Tú decides los colores, las formas, las herramientas, el tiempo y el valor de tu obra, tenlo en cuenta.
Las
recetas rápidas no funcionan, todo cambio, perspectiva, ilusión, obra o
sueño verdadero, requiere de tiempo y esfuerzo, y sobre todo
perseverancia. Y lo más importante, ganas de aprender, ganas de reciclarse, ganas de conocerse…
La
obra que tenemos entre manos, al igual que nuestro destino depende de
las opciones que tomemos y las estrategias o técnicas que utilicemos.
Aunque solo cuando consigamos dominar el arte de amarnos a nosotros mismos podremos amar a los demás y a todo aquello cuanto hacemos.
Albert Camus dijo una vez “
la verdadera generosidad para con el futuro consiste en entregarlo todo al presente”, por lo que
¡Ármate de valor, coge el pincel, elige los colores y comienza a pintar tu vida